La enfermedad es la manifestación última de un desequilibrio. La ruptura de un orden biológico. Este desequilibrio tiene raíz en tres planos posibles. El físico, el mental-emocional y el ambiental. Algunas veces interviene un solo factor, en otras ocasiones dos, en otras tres y en distintos grados de importancia y relación. La sanación no ocurre hasta haber desactivado la enfermedad desde su misma raíz.
En el plano físico situamos todo lo derivado de nuestra condición biológica, nuestro cuerpo. Nuestra genética. Nos referimos a cosas palpables que ocupan un lugar determinado en el espacio.
En el plano mental-emocional, a diferencia del físico, no podemos asignar medidas espaciales a nada. Los pensamientos y sentimientos responden a otra física, la física cuántica. En este plano todo es información y energía. Estos pulsos de información y energía transmiten ordenes que determinan nuestra conducta e influencian la de los demás, además de impactar en el comportamiento de la función celular de nuestro organismo. Esta es la razón elemental por la cual las emociones producen transformaciones en nuestro cuerpo, sean estas positivas o negativas. Nos referimos básicamente a los "tractos neurológicos"
En el plano ambiental ubicamos nuestro contexto externo. Las condiciones climáticas, la aceleración, la inercia, la gravedad, un patógeno (hongo, bacteria, virus), la comida, los contaminantes en el suelo, el aire o el agua, la radiación, la emisión de ondas de radiofrecuencia, los metales pesados, el fuego, etc.
ENFERMAR
Como podrán deducir. Somos la confluencia indivisible de un cuerpo físico y una mente. Esto nos convierte en seres de una extraordinaria complejidad en la que la energía y la materia se entrelazan con inteligencia propia.
